Conociendo Tigre


17  de Octubre de 2004
 
Es maravilloso pasar un día en esta ciudad, a sólo 32 km. del norte de Buenos Aires, recorriendo y gozando del entorno natural del Delta, visitando sus históricos lugares.
 
La Casa Museo de Sarmiento es una de ellas y está ubicada en la confluencia del Río Sarmiento y el Arroyo Los Reyes. En esa residencia, el prócer pasó algunos veranos. Allí se resguarda el sitio donde Liniers desembarcó para avanzar hacia Buenos Aires a combatir contra los ingleses.
 
Para llegar a la casa del escritor, estadista y educador sanjuanino, solo hay que subirse a una lancha en la estación fluvial de Tigre y en apenas veinte minutos navegando se llega a lo que fue la residencia de fin de semana del prócer.
 
Es simplemente una pequeña casita hecha en madera clara pintada, casi a la orilla, al río, donde los visitantes son recibidos solamente por los pájaros, que no dejan de trinar. El contacto con la naturaleza es inigualable.
 
Actualmente, sólo se halla rodeada de cristales, instalados por la Municipalidad de Tigre en 1996 que se había hecho cargo del mantenimiento de la propiedad.
 
Es un gran edificio que tiene tres naves y fue declarada monumento histórico provincial. Si bien no es muy grande, si lo es el parque que la rodea, allí se puede ver un busto de Sarmiento y su esposa Paula Albarracín de Sarmiento, el cual tiene la virtud de ser el único ante el cual posara el prócer en su vida.
 
Está edificado en base a pilotes y además tiene dos cuartos y sala principal donde se observa el mobiliario perteneciente al ilustre político, como ser : su cama, una colección de fotos y un pintoresco cuadro del barco a vapor Talita, en el que el insigne Maestro llevaba a funcionarios del Gobierno y amigos a recorrer el Delta.
 
Dado el cierto riesgo, que la casa se derrumbe, la municipalidad de Tigre no permite que la gente ingrese y la recorra. Se deben contentar pero con buena fortuna en contemplar, gracias al balcón que la rodea, las tres salas desde su exterior con amplitud.
 
Sarmiento utilizó este lugar para reposo ( se instalaba allí un mes o dos, no más) durante los pocos veranos en que fue presidente. Pasaba días enteros remando en su canoa inglesa, estudiando y explorando la vegetación pantanosa en su viejo pony zaino. Este era su sitio de sosiego, donde la tranquilidad y el incesante movimiento del agua pacificaba su alma y le permitía reponer fuerzas.
 
El Museo de la Reconquista, en cambio, en el continente ( ubicado frente al río del mismo nombre, sobre la propia calle Avenida Virrey Liniers 818 ) se sitúa en el lugar histórico donde el 4 de Agosto de 1806 desembarcó Santiago de Liniers para reconquistar la ciudad de Buenos Aires.
 
En ese entonces, el luego discutido prócer, que se hallaba en lo que era la Banda Oriental, cruzó el Río de la Plata y, dado que se había desatado una fuerte sudestada, decidió desembarcar en una de los márgenes de lo que era el río Las Conchas (hoy río Reconquista) y pernoctar en la casa de su amigo Martín José Goyechea ( que es hoy el Museo de la Reconquista). Durmió y ultimó los detalles para avanzar a tomar Buenos Aires.
 
Es una casa hermosa y de color blanco, de construcción colonial, con un buen y florido jardín. Dentro de ella hay tres naves en las que se aprecian réplicas de uniformes de la época virreynal, armas, documentos y retratos de la Reconquista (incluso maquetas perfectamente diseñadas). En la otra de las naves hay objetos donados por los vecinos de Tigre, en el siglo XVI, llamado Pago las Conchas
 
El impresionante Museo Naval de la Nación, Fundado en Mayo de 1892, pertenece a la Armada Argentina y muestra todo acerca de la historia, la tradición y la cultura navales.
 
La casa se construyó cuando Sarmiento era presidente y tiene el clásico estilo ecléctico europeo. Nació cuando nuestro país compró los primeros buques de guerra a Inglaterra y era el lugar ideal para repararlos. Lo que hoy es el museo fue un taller de la Marina.
 
La sala de historia de la navegación tiene replicas de los primeros modelos sobre los cuales navegó y, entre otros objetos, de embarcaciones indígenas americanas.
 
Hay otra sala que presenta la historia naval de la Argentina desde las invasiones inglesas y las luchas por la independencia, la guerra contra Brasil, la conquista del Desierto, la guerra del el Chaco y del Sur. En otro de los salones es posible apreciar las armas navales, una colección de torpedos, artillería de buques e infantería de marina. Sólo restan ver los preciosos modelos de las unidades de la Marina Mercante.
 
¿Usted no iría?