EL EXILIO DE OTRO REY!!!
NUESTRA POLÍTICA GENERAL!!

22 de Enero de 2009

Damián Lemos, que logró el título de gran maestro a los 18 años superando los récords de Panno y de Spangenberg, viajará a Europa en busca de las oportunidades que no consigue en nuestro país.

El exilio de otro rey
Ante la falta de oportunidades en el país, el joven vecino del barrio de Lanús viajará a Europa a probar mejor suerte | Foto: Mariana Araujo.

Esta es una historia escrita con amor propio; la sostiene un viejo adagio, persevera y triunfarás.

Se trata de Damián Lemos, un vecino del barrio de Lanús, que a los 18 años se convirtió en el gran maestro más joven de la historia del ajedrez vernáculo; con su hazaña frente al tablero pulverizó los récords que ostentaban dos rutilantes figuras del panorama local, Oscar Panno y Hugo Spangenberg, los que en 1955 y 1996, respectivamente, obtuvieron el título -una especie de cinturón negro entre los judocas- con algo más de 20 años cada uno.

"Esto es lo máximo que me pasó en mi corta historia con el ajedrez; con la conquista del título de gran maestro logré hacer realidad un viejo sueño. No me había fijado plazos para alcanzarlo, pero ser además, el más joven de la Argentina me llena de orgullo", contó a LA NACION en el calor del hogar de los Lemos, rodeados de los afectos de sus padres, Graciela y Carlos, y sus hermanos Lautaro y Paloma.

-Supongo que aún te quedan muchos sueños por cumplir.

-Sí, seguro; mi nuevo desafío será viajar a Europa para competir con los mejores porque si me quedo acá no pasará nada; quiero probarme y ver hasta dónde puedo llegar a subir mi Elo (el puntaje del ranking de los ajedrecistas); no me gustaría quedarme con esto solamente y terminar siendo un gran maestro del montón.

El caso de Damián es, tal vez, uno de esos curiosos fenómenos que suceden en el mundo de los trebejos.

Su acercamiento al juego llegó a una edad avanzada comparado con otros chicos; recién a los 10, cuando cursaba 4° grado en el colegio Grutas de Lourdes, una maestra (Ana María) que utilizaba un tablero de ajedrez para dar clases de matemática le encendió la pasión de desentrañar los misterios de ese juego de columnas, ecuaciones y diagonales.

Tan sólo ocho años después, este joven de figura desgarbada y casi un metro ochenta, con mirada profunda y arraigado a una fuerte fe católica, logró ubicarse entre los 10 mejores ajedrecistas del país, además de convertirse en el gran maestro, N° 26 del historial doméstico. Toda una hazaña.

A pesar de sus escuetas ocho temporadas de competencia con los trebejos, en su palmarés figuran la conquista de los campeonatos argentinos en las categorías Sub 12, 14 y 16; la obtención de las medallas de bronce, plata y dorada en los Panamericanos de Brasil, Ecuador y Colombia, junto a la participación en cuatro mundiales de categoría de menores en los que sumó en cada uno el 60% de los puntos disputados.

En 2006, en San Luis, ganó el Campeonato Sudamericano, y en 2007 y 2008, integró los equipos de Art-Chess y Torre Blanca, campeones de la Liga Nacional de Ajedrez.

-¿Creés que el ajedrez te facilitó tu tarea en el colegio?

-Estoy convencido de que sí; más allá del desarrollo de la memoria y de comprender con mas facilidad las cosas, también me permitió administrar mejor mi tiempo y que me rindiera más las horas de estudio.

Con la voz todavía cargada de anhelos e ilusiones, Damián, que tiene una sonrisa dibujada para cada expresión denota la pérdida del brillo de su pícara mirada cuando habla de las razones que lo impulsan a alejarse de sus afectos. Pronto se irá de la Argentina.

"Acá junto a mi viejo lo intentamos todo; les pedimos ayuda a políticos y empresas, pero salvo la subcomisión del Hincha de San Lorenzo -equipo del que es simpatizante-, y Ruibal (fabricante de juegos de ajedrez) nunca más nadie nos escuchó. Ni siquiera el intendente de Lanús, Darío Díaz Pérez, me recibió para enseñarle un proyecto que había armado sobre difusión y enseñanza del ajedrez en todo el partido. A nadie le interesó escuchar lo que pienso; aunque sólo tengo 18 años, ya estoy harto de tanta burocracia e indiferencia y no quiero seguir regalando mi tiempo."

Ahora, mientras recuenta sus enjutos ahorros, producto de años de prohibiciones, Damián Lemos planifica el viaje con estada de tres meses en España. "La idea es armar un calendario y jugar torneos en Europa, regresaré sólo para algún zonal o el campeonato argentino".

Acompañado de su frase de cabecera, un viejo axioma del ex campeón mundial, el ruso Mikhail Botwinnik, "Quien no esté dispuesto a trabajar está condenado al fracaso; sólo con talento, nada se consigue", el joven Lemos continuará su perseverante marcha sobre el tablero. Lo moviliza su fe y sus convicciones; tiene todo para triunfar. Carlos A. Ilardo.

• Los grandes maestros argentinos

Lemos es el gran maestro N°26 del historial del ajedrez vernáculo. La nómina se completa con: M. Najdorf, E. Eliskases, H. Pilnik, O. Panno, H. Rossetto, C. Guimard, M. Quinteros, J. Bolbochán, R. Sanguineti, G. Palermo, D. Cámpora, G. Barbero, P. Ricardi, P. Zarnicki, A. Sorin, H. Spangenberg, A. Hoffman, S. Slipak, R. Felgaer, M. Sorokin, F. Peralta