FEDERER ES OTRA VEZ
EL REY DE NUEVA YORK

09 de Septiembre de 2008

El talento está intacto: Federer es otra vez el rey de Nueva YorkEl suizo se adjudicó por 5ª vez consecutiva el US Open al derrotar al británico Andy Murray por 6-2, 7-5 y 6-2; ganó el 13er Grand Slam de su carrera y quedó a uno del récord de Sampras

NUEVA YORK.- Volvió Roger Federer. Con todas las luces. Encendió su instinto de campeón y de leyenda en el lugar y el momento adecuados; anotó nuevamente su nombre en la historia, en la que ya tiene aseguradas varias páginas. Ganó por quinta vez el US Open -algo que no ocurría desde que en 1925 lo concretó Bill Tilden-, llegó a los 13 títulos de Grand Slam y quedó a sólo uno del récord de Pete Sampras. Todo eso lo consiguió con una victoria acorde con su jerarquía. Apenas necesitó 1h51m para derrotar por 6-2, 7-5 y 6-2 a Andy Murray, el ascendente británico que había llegado sorpresivamente a la definición.

Durante varios meses se dijo de Federer que no era el mismo que reinó con autoridad en el circuito durante cuatro años y medio. ¿Se puede aseverar que tuvo un mal año quien ganó un US Open, fue finalista en Wimbledon y Roland Garros y semifinalista en Australia, además de cosechar otros dos títulos? No parece. Pero Federer es tan grande que lo que son logros descomunales para cualquier otro sabe a poco en su foja si no tiene la copa principal en sus manos. ¿Suena injusto? Sí, lo es. Esa medalla dorada que ganó en dobles en los Juegos Olímpicos, junto con Wawrinka, podría parecer apenas un consuelo. Pero es posible que haya tenido otro valor para él. Porque dejó Pekín y desembarcó en Nueva York confiado, motivado. Pasó algún sofocón en los octavos de final, cuando Andreev lo llevó hasta un quinto set. Y ya en la semifinal, jugó para 10 puntos contra Djokovic. Lo mismo sucedió frente a Murray.

En lo que fue el tercer lunes del torneo, en el estadio Arthur Ashe y ante 23.000 personas, el número 2 del mundo exhibió lo mejor de su tenis, como para recordar que tiene con qué regresar a la cima. Más allá de su capacidad y mayor experiencia en esta clase de partidos, no era nada sencillo medirse con un Murray repleto de confianza y ausente de presiones; dotado, además, de un juego inteligente y exquisito, tal como lo había demostrado ante Rafael Nadal en la semifinal. Pero Federer no dio lugar a otra sorpresa. Y no es que el escocés haya jugado mal, qué va; estuvo a la altura de lo que se esperaba, pero el suizo rindió en esa categoría superlativa que lo ubica por encima de los mortales.

"Este es un momento muy especial en mi carrera. Para mí representa mucho este triunfo. Esto me hace sentir invencible otra vez", admitió Federer, que agregó: "Una cosa es segura. No voy a parar en 13. Eso sería terrible. Todavía no alcancé mi nivel habitual, pero mi tenis ha regresado y espero conseguir otro título de Grand Slam. Considerando el año que he tenido, me siento muy feliz ahora. Tuve mucha presión a lo largo de la temporada".

Murray, que desde hoy será el número 4 del mundo, destacó: "Jugué un gran torneo y me tocó definir contra el mejor jugador de todos los tiempos. Le había ganado otras veces, pero esta vez hizo todo bien. Roger tiene 27 años y quizá le queden cuatro más en el primer nivel, así que podría superar el récord de Sampras, aunque también dependerá de cuánto pueden mejorar los otros. El está jugando un gran tenis, y no me sorprendería en absoluto si lo pasa".

 Federer: "Esta conquista es especial en mi carrera"

El ex número uno del mundo dialogó con la prensa tras lograr el quinto US Open consecutivo y expresó su alegría por volver a la primera plana del tenis mundial: "Ahora voy por más"

Federer se convirtió en el primer tenista en la historia en ganar cinco veces consecutivas los dos grandes entre los grandes: Flushing Meadows y Wimbledon.

"Es increíble", confesó el suizo a micrófono abierto. "Es un momento muy especial en mi carrera, esto significa mucho para mí, especialmente después de los últimos torneos en que no he sido capaz de llegar a las finales".
 
"Sería terrible quedarme en los 13 Grand Slam, es un número poco preocupante", admitió entre risas. "Pero detrás hay un grupo muy pujante de jugadores que está jugando muy bien, como lo ha demostrado Andy (en este torneo)".

"He jugado ante el mejor Federer que he visto nunca", admitió Murray a micrófono abierto. "Mi conclusión, después de lo visto es que aún me falta mucho si quiero ganar un trofeo de éstos".

Se llevó 1.500.000 dólares de premio y un automóvil Lexus 0km. Pero eso no cuenta. Federer tiene otras ambiciones. Es el único tenista de la historia que ganó cinco títulos seguidos en dos Grand Slams: el US Open y Wimbledon, y otros tres en Australia. No importa ahora que Roland Garros aún se le niegue. Tiene 56 títulos, una cifra mayúscula para alguien de 27 años, pero ese es un número opacado por los 13 Grand Slams. Aquel jovencito que en 2001 se dio el lujo de ganarle a Sampras en el All England busca ahora igualarlo en la cima de conquistas de los torneos más grandes. Cuando el gran Pistol Pete alcanzó esa cifra, también en Flushing Meadows, en 2002, parecía una quimera lograr algo semejante. Seis años después, Roger quedó a un paso. ¿Lo conseguirá en 2009? Federer sabe, más que nadie, que el tour es cada día más competitivo, pero también es consciente de que tiene las armas, el tenis y la mentalidad necesarias para intentar la aventura épica. Un desafío impresionante, a la medida de su capacidad.

Dueño y señor de Flushing Meadows, el suizo Roger Federer no tuvo ni para empezar con el ascendente británico Andy Murray, al que aniquiló en tres sets en la final del US Open. La victoria significa para Federer una silenciosa "venganza" ante tanto efecto Nadal, a menos de un mes de haber perdido el número 1 del mundo a manos del español.

Federer apenas empleó una hora y 51 minutos en conseguir su triunfo, que le significó además su decimotercer trofeo de Gran Slam, a uno del récord que posee el legendario estadounidense Pete Sampras. El suizo, de 27 años, se convirtió en el primer jugador que consigue cinco títulos en el US Open desde que el estadounidense Bill Tilden lo hiciera en 1924, y el cuarto hombre en 117 años en la historia del evento.


Para el anecdotario queda que en ninguno de sus cinco triunfos en el US Open el suizo tuvo que llegar a cinco sets. En el Abierto neoyorquino de 2008, Federer recuperó la brillantez de su juego. Sus seis victorias rumbo a la final fueron conseguidas al mejor estilo Federer, sumándole una combatividad inédita y gestos triunfales que han permitido ver una faceta desconocida en el carácter del Expreso de los Alpes.

 Haber perdido el reinado del ranking mundial tras cinco años de hegemonía cambió la personalidad del quintuple campeón del US Open.

"La alegría de Federer no tiene explicación. Es otro tipo, se lo nota distinto en el vestuario. Cada triunfo lo festeja a los gritos, cantando, con una sonrisa. Antes era más serio, no expresaba tanto la alegría", cuenta Chris Road, uno de los masajistas que trabajó en el US Open.

"Siempre fue muy respetuoso con todos. Pero, ahora está más charlador, ameno. Recuerdo que se interesó mucho por los resultados de los otros partidos, que antes no lo hacía", contó el masajista.

"Se lo vio más confiado, todos los jugadores coincidian en eso. Quizá con su nuevo lugar de Nº 2 del mundo cambió sus objetivos, sus expectativas", finalizó Road.

Los cierto es que Roger volvió, y a lo grande. Con un nuevo US Open en el bolsillo y sin tantas estridencias. Puede que haya relajado esa presión que le provocaba tener a Nadal pisándole los talones, puede que eso le haya generado un
click psicológico, pero la cierto es que en un par de semanas nació otro Federer.

Federer conquistó su 13er título de Grand Slam de su carrera (5 US Open, 5 Wimbledon y 3 Australia) y quedó a una corona del récord que aún ostenta el norteamericano Pete Sampras. Seguramente, será cuestión de tiempo para que el suizo consiga superarlo. Además, Roger igualó a los norteamericanos Richard Sears, William Larned y Bill Tilden, quienes también ganaron cinco veces consecutivas el Abierto de los Estados Unidos, aunque todos lo lograron antes de 1925, en una época distinta al nivel de excelencia actual. Sears suma en total siete títulos seguidos en Nueva York, logrados entre 1881 y 1887.

Federer acumula 35 partidos invicto en Flusshing Meadows. El último hombre que lo venció fue David Nalbandian en los octavos de final del US Open 2003.

Pese a algunos bajones que sufrió a lo largo de este año, principalmente por una mononuclesosis que sufrió a principio de año y lo desgastó físicamente, Federer jugó tres finales de Grand Slam esta temporada (Roland Garros, Wimbledon y US Open) y seguramente dará pelea en lo que queda de 2008 en superficie bajo techo para recuperar el primer puesto del ranking de la ATP. Reuters