Paradoja del tango
Replica a
Rodolfo Medero y Marcelo Moreno por el tango
Ambos parecen
desconocer las miles de personas que, noche a noche, concurren
a las milongas en todas las ciudades del mundo occidental y
parte del oriental también; desvalorizan el nivel de las
tantas orquestas típicas integradas por jóvenes músicos que se
han volcado al tango: Fernández Fierro, El Afronte, Cerda
Negra, para mencionar sólo algunas.
Además, minimizan
la excelencia de músicos y grupos con gran trayectoria
nacional e internacional como El Arranque, Ramiro Gallo,
Damián Bolotin, Sonia Posetti, Pablo Agri, Leonardo Suárez
Paz; ignoran a los actuales compositores que aportan nuevos
enfoques al tango: Luis Borda, Astillero, Beata Soderberg,
Federico Mizrahi, Fernando Otero, Gustavo Mozzi; desvalorizan
el aporte de los cantores que le sacaron el almidón al tango:
Omar Mollo, Lidia Borda, María Volonté, el Chino Laborde;
desacreditan a los nuevos letristas y autores que brindan su
perfil contemporáneo a la poesía tanguera, y finalmente
ignoran a la inmensa cantidad de gente amante del tango que
han recibido al llamado "tango electrónico" con emoción.
Hubiera sido
interesante que Moreno concurriera a algunas de las tantas
milongas porteñas para absorber el testimonio de la multitud
de cultores del tango, gente de todas las edades que vive, ama
y siente en el siglo XXI. Mederos, por su parte, destila un
extraño resentimiento contra la escena tanguera contemporánea,
pero la energía y el éxito de sus protagonistas contradicen su
concepto fatal sobre la actualidad del tango.
N de la R: Marcelo
A. Moreno dice que no ha desvalorizado ni minimizado a la
gente a quien le gusta el tango. Que sólo señaló lo que
considera una tendencia. Rodolfo Mederos tiene esta página a
disposición si desea responder.
Carlos Libedinsky.
tademusica@fibertel.com.ar
Carta de lectores Diario Clarín
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Paradoja del tango
Señor
Marcelo Moreno, he leído su artículo "Paradoja del tango..." y
surgió el deseo de escribirle. Tal vez me sentí "menos solo"
en la apreciación de la realidad cultural que nos toca vivir y
padecer las más de las veces. Me invade una sensación de
aislamiento e impotencia cada vez que estoy convocado a opinar
sobre este asunto y el efecto en el otro es de desconcierto y
desagrado en tanto se supone que esta manera de expresarme es
pesimista, errónea, sin esperanzas...
Tan es así que comprobar de vez en cuando alguna coincidencia
en el análisis de este tema tan delicado, como ha sido su
publicación, me reconforta y estimula.
La industria permanentemente nos somete; así entonces mi
intención es precisamente la oposición a tal perverso
mecanismo de consumo, de olvido y de miserias estéticas. Vivo
casi desesperado por la recuperación de nuestra identidad
arrebatada y asesinada. Vivo con la esperanza de lograrlo y la
alegría de participar en esto.
Rodolfo Mederos.
rm@rodolfomederos.com.ar
Carta de lectores Diario Clarín
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