SI chávez LES AVISÓ A LOS “K”,
SI LOS TRES DIJERON QUE Sí

o si CHÁVEZ NO LES AVISÓ, lo mismo
LOS “K” son ENTREGUISTAS!!

26 de Mayo de 2009 

Los costos que debería pagar el Gobierno

La pregunta del millón entre analistas políticos y económicos por estas horas es si los Kirchner sabían o no sobre la nacionalización forzada por el presidente Hugo Chávez que afecta a una importante empresa argentina.  

El interrogante, en realidad, resulta irrelevante porque cualquier respuesta debería generarle cierto costo político a la pareja residente en Olivos.  

Si el matrimonio presidencial recibió la "primicia" y calló la semana pasada mientras Chávez disfrutaba de las comodidades de El Calafate, podría ser acusado de no defender los intereses de las empresas nacionales, a diferencia de otros líderes latinoamericanos, especialmente el presidente de Brasil, Lula da Silva, que no se cansa de recorrer el mundo para que el país y sus empresas ganen mercados.  

Si en cambio Chávez se mofó de sus "amigos" y no les contó acerca de su audaz jugada, el pecado sería mayor, por la sostenida ingenuidad del Gobierno de creerlo un aliado incondicional y no alguien que hace negocios con cualquiera (inclusive con su "enemigo", el ex presidente George W Bush), como ya lo demostró cuando le cobró a la Argentina una usuraria tasa de interés del 15% por la última colocación de bonos para "ayudar" a refinanciar la deuda.  

Si, por el contrario, alguien en el Gobierno piensa que esta decisión puede ser positiva en la campaña electoral al generar temor entre los empresarios locales por un eventual "efecto espejo" en la Argentina, debería entender, como dijo un importante funcionario hace pocas horas, que "para nacionalizar hay que tener dinero", fuente que no abunda en los últimos meses en el país, tal como lo demuestra la involución de las cuentas fiscales y externas.  

Los Kirchner han tenido en la política de relaciones exteriores uno de los aspectos más débiles de su gestión: peleas con Uruguay, tensión con Chile, España y EE.UU., por nombrar algunos casos relevantes.  

Por lo tanto, la reciente decisión de este mal émulo de Simón Bolívar vuelve a colocarlos en una encrucijada, que debería obligar al ex presidente o a su sucesora a volver a elevar el tono de voz, pero ahora con una justa razón. Martín Kanenguiser, en su columna en el diario la Nación.