24 de Julio de 2009
La agresión del intendente de El
Bolsón al notero de CQC desnuda un periodismo light y
fantoche. Ventajas de no enfrentarse al poder…
Acostumbrado
a aterrorizar a funcionarios de segunda categoría (nunca
un pez gordo) que se quedan con un vueltito en monedas, o
a empresarios desconocidos (nunca un anunciante del ciclo)
que hacen trastadas de poca monta y tiemblan frente a las
cámaras del políticamente correcto CQC.
Gonzalito descubrió que el
periodismo light tiene riesgos de cabotaje y ventajas de
vuelo internacional con asiento en primera clase. Hurgando
en las afueras del poder, lo máximo que podés recibir es
un par de trompadas que, al fin y al cabo, dan rating. En
las entrañas del palacio, en cambio, la historia se
complica. Por algo hay tantos periodistas muertos,
censurados y perseguidos. El que mete el dedo en la llaga
no lo transmite por televisión prime time. A esa hora la
tele es territorio de ficciones y fantoches…. Del cuello,
impresentables, ( la imagen de la nota ) el intendente y
el estilo del notero…. ¿Y el intendente? Un desastre. Pero
lo más interesante de este episodio no es la actitud del
entrevistado, sino que dejó en evidencia al entrevistador;
generación de profesionales que parece haber estudiado en
la escuela de periodismo de Cris Morena.
Extracto del artículo de Omar Bello,
publicista y filosofo. Revista Noticias nº1699.
Nota de la Redacción:
La gente siempre ha
premiado al periodismo de denuncia, ese que hace saltar a
funcionarios, que en cierta parte hace justicia por los
débiles, el periodismo que tumba presidentes, ayuda a los
pobres y salva a los buenos de las injusticias. Ahora
bien, se sigue haciendo el mismo “periodismo”, con
ingredientes como: sangre, golpe, pierna y trasero, eso es
clave porque da rating, y los números no mienten.
Pero qué ocurre con la ética, la moral, el
profesionalismo, la seriedad y el respeto por el
ciudadano-televidente? Eso no da rating, no sirve, lo que
de muestra que la televisión no es justa, no es
democrática, y no le importan el dolor, la herida, ni la
llaga.
Todo esto ejemplifica
que el Intendente de El Bolsón no es ni mejor ni peor que
los “correctos” denunciantes de CQC. Él tiene su negocio y
ellos el suyo, y como es obvio sin caerles encima a los
ladrones de las altas esferas, porque no nos conviene.
Esto es uno de los mas graves problemas de la mala
utilización de la democracia desde su regreso y que hizo
que se degraden las instituciones (aun más) y se de rienda
suelta al “libertinaje” premiando y resaltando todo
aquello que es banal y pueril como bueno, y lo peor: como
ejemplo a seguir . Y es lo que se está haciendo, con la
consecuente perdida de valores!!!
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