16 de Junio de 2009
La pelea electoral en el
conurbano
La tensión de la
puja en territorio bonaerense se elevó a tal punto que en
las últimas semanas hubo actos que debieron suspenderse por
las amenazas de represalias recibidas en las sedes de los
eventos.
Felipe Solá
debió cancelar su visita a un comedor y a un centro para
adictos en Pilar porque los titulares de ambas instituciones
recibieron llamadas amenazándolos con cortarles los
subsidios.
Martín Sabbatella
acusó a su par de Merlo,
Raúl Othacehé,
de intimidar a sus militantes cuando pegaban carteles, pero
al mismo tiempo fue denunciado por no permitir un acto de
Nacha Guevara.
En medio de un clima de
preocupación por los números que arrojan los sondeos, y ante
el panorama de no poder garantizar un amplio triunfo en un
territorio en el que el peronismo acostumbra a garantizar
una victoria aplastante, la tensión entre los intendentes y
las fuerzas opositoras crece en muchos distritos de la
provincia de Buenos Aires.
Así, varios candidatos han
denunciado en las últimas semanas presiones kirchneristas a
instituciones locales con el objetivo de que no reciban a
los postulantes de la oposición. Hasta el oficialismo ha
advertido que sucede lo mismo en Morón, distrito liderado
por el intendente en uso de licencia Martín Sabbatella, hoy
candidato a diputado del partido Nuevo Encuentro.
En los últimos días de mayo
Felipe Solá debió interrumpir una visita al comedor “Las
Vaquitas Lecheras” de Pilar, y al centro de lucha contra las
adicciones “Vencer para vivir”. De acuerdo a los referentes
locales de Unión-PRO, hubo llamados del personal municipal a
ambos establecimientos “recomendando que los candidatos no
asistieran al lugar porque podrían perder los subsidios”. El
distrito es manejado con mano férrea por
el
alcalde Humberto Zúccaro,
quien obtuvo su reelección en 2007 con el 62,73% de los
votos.
“El intendente se maneja de un
modo totalmente mafioso, aprieta a los empleados municipales
para que trabajen en la campaña oficial y tiene amenazados
de echarlos a quienes trabajan con nosotros. Además,
persiguen a todos los militantes que están en la calle
amenazándolos con patotas, no nos dejan hacer reuniones y a
quince días de las elecciones están tratando de comprar a
los postulantes de nuestra lista”, denunció ante PERFIL el
candidato a concejal de Unión-PRO Gustavo Trindade.
En febrero, en el mismo
distrito, los organizadores de un acto de Unión-PRO se
vieron obligados a buscar un lugar alternativo para llevar
adelante la reunión, a la que iba a asistir Solá, ya que el
sitio original, el Club Unión, se negó a último momento a
abrir sus puertas, pese a que ya estaba alquilado.
Sabbatella acusó al intendente
de Merlo, Raúl Othacehé, de promover “intimidaciones” para
que no vaya a su distrito. “Llamados amenazantes” y hasta la
“marca personal y permanente” de móviles municipales a
dirigentes de Nuevo Encuentro fueron parte de la denuncia de
la que tomó conocimiento el Ministerio de Seguridad
bonaerense.
“Hay intendentes del Conurbano
que se creen emperadores. Tienen una gran confusión entre lo
público y lo privado. Se creen con derecho a determinar
quién puede entrar o salir del territorio que gobiernan”,
manifestó Sabbatella, quien pese a las advertencias, el 1º
de junio realizó una actividad en la plaza central de
Merlo.
Pero el intendente de Morón a su
vez también es cuestionado desde el oficialismo. El sábado 6
de junio, la tercera candidata a diputada nacional del
Frente Justicialista para la Victoria, Nacha Guevara, debió
suspender una actividad en este distrito. La actriz tenía
previsto realizar una visita al merendero “Sueñito”, del
barrio Manzanero, que depende de la Municipalidad. Sin
embargo, quince minutos antes de que la candidata llegara,
el merendero cerró sus puertas y Nacha se quedó afuera sin
poder entrar.
En Florencio
Varela,
el referente de Francisco de
Narváez, Dardo Ottonello,
ha denunciado una persecución municipal ante cada acto que
quiere realizar. El más importante se produjo en un
encuentro que contaba con la presencia de
De Narváez
y de la senadora Hilda “Chiche”
Duhalde. Para este evento
había alquilado el Club Zeballos. “El acto terminó
haciéndose en la calle pese a que ya habíamos alquilado el
club. Una semana antes del acto, el presidente de la
institución me llamó y me dijo que la comisión había
resuelto cancelar el alquiler. Lo fui a ver a la oficina y
me dijo que lo llamaron tres personas de la Municipalidad”,
explicó el dirigente.
Rosario Ayerdi,
para el diario Perfil.