LA IMPUNIDAD EN LA AMIA
ES LA DE TODA LA POLITÍCA Y
LA DE LOS PODERES AUSENTES!!
CRÍTICAS A ANÍBAL FERNANDEZ

21 de Julio de 2009

AMIA: 15 años de impunidad

Al cumplirse un nuevo aniversario del atentado, la Justicia aún mantiene una enorme deuda con la sociedad

Los 15 años que se cumplen mañana del atentado contra la AMIA, el peor de todos los sufridos por nuestro país, nos obligan a enfrentar y revertir el mismo y frustrante panorama de los anteriores aniversarios, que se resume con la palabra "impunidad", repetida hasta el hartazgo siempre que se habla de la voladura de la mutual judía, que mató a 85 personas y dejó un tendal de heridos.

Se suma, en esta oportunidad, un silencio suspicaz, porque por primera vez, desde el atentado de 1994, no tendrá lugar el tradicional acto recordatorio de la AMIA, la DAIA y los familiares de las víctimas debido a las medidas de prevención contra la epidemia de gripe A.

Otra de las querellantes de la causa, Apemia, hará su acto hoy para denunciar, según anticipó, la presunta voluntad del Gobierno de ponerle un punto final a la investigación del papel que cumplió el Estado durante el menemismo en el encubrimiento del atentado, tal como lo reconocieron los representantes del gobierno de Néstor Kirchner ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

En esta década y media, la Justicia no ha cumplido su doble misión de identificar la verdad de lo ocurrido y, como consecuencia de esa verdad, sancionar a todos los culpables.

Se han sucedido los gobiernos, los jueces y los fiscales y, a la luz del tiempo transcurrido, los avances han sido escasos y siempre motivo de controversia. Otro tanto ha ocurrido con la causa de la voladura de la embajada de Israel, que en marzo de 1992 sentó el doble precedente de una Argentina que se mostraba como blanco fácil para estos ataques y que otorgaba impunidad a sus ejecutores.

Pero este triste panorama no debe inducir a bajar los brazos. Al contrario. No importa el tiempo transcurrido; la verdad y el castigo se tornan irrenunciables y la Justicia es el único camino.

La deuda que ella arrastra no es sólo con los distintos querellantes, sino, especialmente, con la memoria de los muertos, los heridos y sus familiares, además de toda la sociedad. En este sentido, pocos días atrás, el Congreso Judío Latinoamericano ha exigido justicia y una condena para los responsables aún impunes.

Así como el Gobierno debería poner más empeño para que se cumplan los pedidos de capturas internacionales de varios iraníes acusados, el juez federal Rodolfo Canicoba Corral y la Unidad Fiscal AMIA, a cargo del fiscal federal Alberto Nisman, deben extremar sus esfuerzos para echar luz sobre la pista argentina o conexión local, y deben hacerlo sin preconceptos ni ataduras a hipótesis prefijadas, sino con una absoluta amplitud de miras y ateniéndose exclusivamente a pruebas e indicios que resistan un juicio oral. Son muchos los elementos y las pistas que obran tanto en la causa principal como en sus centenares de legajos y en las causas conexas.

A su vez, es indispensable que el juez federal Ariel Lijo, responsable de investigar las supuestas irregularidades cometidas por funcionarios de Carlos Menem y por los primeros investigadores judiciales y policiales de la causa, profundice la pista del comportamiento que habría sentado las bases de la actual impunidad. La ruta de aquella pista puede conducir a la conexión local. Canicoba Corral también debe impulsar la investigación del secuestro sufrido por un importante testigo de la causa: Claudio Lifschitz.

El reciente fallo de la Corte Suprema, que obliga a investigar de nuevo el papel del doblador de autos Carlos Telleldín, antes sobreseído, ha sido una clara señal en aquel sentido.

Es sabido que el paso del tiempo conspira contra la búsqueda de la verdad y la justicia, pero no torna imposible esa búsqueda, más aún cuando el tiempo transcurrido sin resultados concretos no sólo ha sido producto de la fatalidad.

Si este horrendo episodio no se esclarece, la Argentina seguirá mostrándose ante el mundo como un escenario vulnerable y tentador para nuevos atentados terroristas. Reproducción textual del editorial del diario La Nación. 

Nota relacionada: 

En AMIA se enojaron con Aníbal Fernández

Dicen que su acto "fue sólo para confundir a la comunidad judía"

El presidente de la AMIA, Guillermo Borger, cuestionó hoy la asistencia del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, al homenaje y aseveró que el acto con motivo del 15 aniversario del atentado a la mutual, "fue sólo para confundir a la sociedad y a la comunidad judía". En declaraciones a la Agencia Judía de Noticias (AJN), Borger expresó su malestar por el acto realizado ayer en "shabat" que corresponde a un día de descanso de la comunidad.

"No fue realmente para hacer un homenaje. Quisieron hacer un acto contra la actual gestión de la AMIA y de la DAIA", sostuvo y cuestionó a Fernández por haber asistido a la ceremonia. En ese sentido, dijo no entender la convocatoria que se realizó el sábado en la puerta de la AMIA y aseguró que "fue sólo para confundir a la sociedad y a la comunidad judía".

"¿Cómo puede ser que en un shabat se acerquen a la puerta del edificio a poner una flor?", cuestionó el titular de la mutual judía.

El jueves, las autoridades judías recibirán al mediodía al jefe de Gabinete en la sede ubicada en Pasteur 633, donde le expresarán su enojo. La polémica surgió por el homenaje que un grupo de dirigentes convocó a través de una cadena de mail para el sábado con motivo del 15 aniversario del atentado. 

En tanto, las autoridades de la AMIA, la DAIA y la agrupación Familiares y Amigos de las Víctimas del atentado a la AMIA habían acordado posponer el acto central debido a la crisis sanitaria por el avance de la gripe A. "Desde la voladura de la AMIA, en 15 años, ningún 18 se hizo un acto en la puerta de la institución más aún sabiendo que la AMIA, la DAIA y Familiares se habían puesto de acuerdo de que no se iba a realizar ningún tipo de acto", dijo Borger. Según afirmó el presidente de la mutual, recibió "llamadas de familiares quejándose de este homenaje". DYN y AJN.