28 de Mayo de 2009
La jueza federal
libra una pelea de alto voltaje con la Casa Rosada. La
amenazan con destituirla si no cierra la causa que investiga
la financiación de la campaña de Cristina Kirchner, en la
que aparecen vínculos entre Héctor Capaccioli y traficantes
de efedrina.
La
noticia apareció esta mañana en los diarios casi como un
caso policial. La jueza federal en lo Electoral, María
Romilda Servini de Cubría, denunció que robaron de su
despacho el escrito que había elaborado para defenderse de
una denuncia que le hizo el abogado Ricardo Monner Sanz y
que derivó en un pedido de juicio político.
Obviamente, la noticia daba a
entender que detrás del hecho –que habría ocurrido el fin de
semana-, había mucha tela para cortar. Ningún delincuente en
su sano juicio se dedicaría a robar el despacho de un juez
electoral, lo que inmediatamente llevaba a pensar en
personas muy poderosas como instigadoras del hecho.
La jueza federal María
Servini de Cubría.
La propia Servini calificó el robo
como una "intimidación" y como si supiera de donde provino
afirmó ante las cámaras de TN: "Le pido a la Presidenta
(Cristina Kirchner) y el ex presidente (Néstor Kirchner) que
también se ocupen de estos temas".
Servini de Cubría sabía muy bien a quien le hablaba y por
eso volvió a mirar a cámara y agregó: "Están intimidando y
yo no me dejo apretar por nadie", con un lenguaje poco
habitual en una jueza federal, pero muy comprensible para
los destinatarios del mensaje.
No es el juego, es la
política
Si bien, la jueza agregó en sus declaraciones que el ataque
podría estar vinculado a "causas importantes, como la
instalación de tragamonedas y al juego en la Capital
Federal". En rigor, según confiaron a La Política Online
allegados a la magistrada, se trató de un mensaje cifrado
enviado a varios interlocutores.
En el despacho de la jueza miran con recelo al auditor
Francisco Javier Fernández, un hombre de aceitados contactos
en el fuero federal, que luego de un pasado de intenso
menemismo supo reciclarse en el kirchnerismo, con especial
llegada al Ministerio de
Planificación de Julio de Vido.
¿Y que tiene que ver esto con el
juego? Que el hermano de este funcionario, es el juez
federal Sergio Fernández, que de manera sistemática durante
años falló en defensa de los intereses del Barco Casino de
Puerto Madero. Esto le motivó varias presentaciones en
contra del abogado Ricardo Monner Sanz, el mismo que ahora
denuncia a Servini, tal vez sin conocer estas complejidades.
Además, allegados a Servini de Cubría sospechan que detrás
de los cuestionamientos que está recibiendo por meterse en
el tema del juego –una zona hipersensible del kirchnerismo-,
habría una maniobra para que esas causas pasen al juez
federal Sergio Torres, que por algún motivo resultaría más
confiable para la Casa Rosada.
Como sea, según comentaron a La Política
Online las fuentes consultadas, la jueza está convencida que
sufre una embestida decidida en lo mas alto del poder, que
ahora la amenaza con el juicio político. “Me quieren
destituir porque no cierro la causa por el financiamiento de
la campaña del 2007”, afirman que la escucharon decir.
Es que la magistrada
tiene en su poder este expediente que investigan los aportes
de varios supuestos traficantes de efedrina -como el
fallecido Forza- a la campaña presidencial de Cristina
Kirchner. Una de las tantas causas que afectan al poder y
están dormidas, pero que si se profundizara dejaría al
episodio de las llamadas que golpea a Francisco de Narváez,
al nivel de un chiste de Cartoon Netwok.
Cierren las causas
Concientes que entraron en su declive político hace meses
que Kirchner y el núcleo duro de su dispositivo de poder,
comenzó una ofensiva sobre los jueces federales para que
cierren todas las causas posibles, en las que aparezcan
comprometidos. Se beneficiarían así con sobreseimientos que
complicarían futuras investigaciones, ya que no está
permitido juzgar dos veces a una persona por el mismo
delito.
Este proceso ya benefició últimamente a Guillermo Moreno,
Ricardo Jaime y Julio de Vido, en varios expedientes. Pero
claro, los jueces que miden con absoluta precisión la
pérdida de poder de un político –a veces mas que el propio
político-, ahora son mas renuentes a conceder estos favores
alegremente.
Desde la Casa Rosada hace semanas
que está presionando fuertemente a la jueza Servini de
Cubría para que cierre la causa por el financiamiento de la
campaña de Cristina Kirchner. Incluso, en Tribunales se
habla de un pedido concreto del propio ex presidente. Y fiel
al sistema de utilizar el Consejo de la Magistratura para
domesticar a los jueces, en contraprestación desde el poder,
le habrían prometido que ese cuerpo rechazaría in limine el
pedido de juicio político en su contra.
La última reunión del Consejo de la Magistratura
convocada para analizar el tema de Servini de Cubría,
comenzó con un pedido del consejero Luis María Cabral,
solicitando que se rechace sin más trámite la acusación.
Hasta ahí todo marchaba según lo previsto, pero
sorpresivamente el senador ultrakirchnerista Marcelo
Fuentes, pidió que se mantenga abierta la acusación porque
quería “interiorizarse” mejor de su contenido. Y mientras,
este senador neuquino decía esto las dos espadas de Kirchner
en el Consejo, los diputados Carlos Kunkel y Diana Conti,
optaban por pararse y retirarse del salón.
Servini entendió muy bien el mensaje, pero estaba dispuesta
a resistir en silencio, hasta que descubrió que habían
irrumpido en su despacho para robarle, nada menos que el
escrito que habría preparado para defenderse ante el
Consejo.
El caso Béliz y la sombra de la SIDE
En el juzgado de Servini de Cubría
sospechan de la SIDE por la violación de su despacho y el
robo el expediente. Es que esta juez tiene también la causa
que se le abrió al ex ministro Gustav Beliz, por mostrar en
televisión la foto del espía más poderoso del país, Jaime
Stiusso.
En ese momento Beliz era ministro de Justicia y denunció que
estaba siendo sometido a una campaña de hostigamiento por
parte de Stiusso –al parecer con el visto bueno de
Kirchner-. El episodio le valió una denuncia penal por
violar secretos de Estado y tuvo que exiliarse en Estados
Unidos, donde sigue hasta hoy.
Servini de Cubría no ha
demostrado mucho entusiasmo por avanzar en lo que parece
claramente una venganza política contra Beliz, y esto no
habría sido del agrado de Stiusso. Al menos, esta es la
lectura que hacen cerca suyo.
Habrá que ver como evoluciona esta
pelea en los próximos días, pero en Tribunales creen que
esta vez, el kirchnerismo no la tendrá tan fácil a la hora
de imponer su voluntad en el fuero federal.
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