06 de Abril de 2009
La justicia, en
problemas / Una intimación de la Corte sigue sin tener
efecto
Retrasa el
Gobierno la designación de 48 jueces. El Consejo de la
Magistratura envió los candidatos hace 10 meses; hay 200
juzgados vacantes
La Corte declaró incostitucional la actuación de algunos
jueces subrogantes Foto: Archivo
Mientras los tribunales
vacantes se acumulan, la presidenta Cristina Kirchner tiene
demoradas 48 designaciones de jueces al no expedirse sobre
las ternas que le envió el año pasado el Consejo de la
Magistratura. Retrasa así, desde hace diez meses, la
conformación de la lista de jueces suplentes que le
permitiría al Congreso nombrar a magistrados subrogantes sin
violar la Constitución. Los tribunales acéfalos ya son 200,
más del 20 por ciento de los juzgados nacionales y
federales.
Como consecuencia, los
expedientes se acumulan, los juicios se demoran y cada vez
son más los jueces que deben repartir su tiempo para hacerse
cargo de tribunales vecinos.
Según la jueza de la Corte
Suprema Carmen Argibay, la mora en la designación de
magistrados es una de las causas que impiden que las juicios
sobre derechos humanos avancen con celeridad. "Si quieren
que aceleremos los juicios, primero nombren los jueces que
no tenemos", le recriminó Argibay al Gobierno el mes pasado.
La Presidenta respondió:
"Los únicos que pueden juzgar y encarcelar en la Argentina
son los jueces. No hay causas paralizadas porque falte un
juez titular. Todas tienen un subrogante".
A su vez, voceros de la
Secretaría de Justicia dicen que "no han vencido los plazos
legales para presentar las listas, ya que la actual
legislación así lo establece" .
El problema es que si no
se cubren las vacantes -depende del Consejo de la
Magistratura- y el Gobierno no remite al Congreso su lista
de candidatos a magistrados suplentes, siguen en sus cargos
los jueces subrogantes nombrados por el Consejo, lo que para
la Corte es inconstitucional.
El máximo tribunal
advirtió que ellos fueron designados en violación del
procedimiento que establece la Constitución Nacional, que
exige la intervención del Poder Ejecutivo y el Congreso en
el trámite.
Su debilidad radica en que
así como los nombró, en cualquier momento el Consejo (donde
el oficialismo tiene un enorme poder) podría removerlos.
Además, muchos de ellos concursan para ser jueces titulares
y, como cualquier postulante, sólo pueden entrar en alguna
terna de candidatos si cuentan con el voto de al menos uno
de los consejeros kirchneristas.
Hace casi dos años, el
fallo Rosza de la Corte ordenó terminar con estos
subrogantes, a quienes declaró inconstitucionales. Para no
generar un caos en los tribunales, dio por válidos los
fallos que éstos habían firmado y le fijó un plazo de un año
al Congreso para que dictara una nueva ley que previera un
nuevo sistema para nombrar suplentes. El mensaje de la Corte
fue claro: en un año, los subrogantes tenían que
desaparecer.
Pero eso no sucedió. Al
filo del vencimiento del plazo impuesto por el máximo
tribunal, el Congreso sancionó su ley, que estableció que
mientras un juzgado estuviera vacante, iba a ser ocupado por
un juez vecino o bien por quien eligiera el Senado de un
listado que debía enviarle el Poder Ejecutivo.
El problema fue que la ley
dispuso que hasta que la Presidenta no enviara la lista, los
actuales subrogantes seguirían en su cargo. Y Cristina
Kirchner todavía no la remitió.
"Extrema
preocupación"
La Asociación de
Magistrados de la Justicia Nacional, la más representativa
de las agrupaciones de jueces, manifestó ayer su "extrema
preocupación" por esta situación. "La actitud del Gobierno
es de una gran hipocresía", dijo ayer su presidente, Ricardo
Recondo, a La Nacion. "Dicen que cumplen porque sacaron una
ley de subrogancia, pero si después no la ponen en práctica,
no sirve para nada", declaró. "El problema es la gran
cantidad de vacancias y la debilidad de los subrogantes, que
no cuentan con las garantías que otorga la Constitución a
los jueces", afirmó.
La nueva ley establece que
en caso de "recusación, excusación, licencia o vacancia", la
Cámara de la jurisdicción que corresponda designará como
suplente a "un juez de igual competencia de la misma
jurisdicción, teniendo prelación el juez de la nominación
inmediata siguiente en aquellos lugares donde tengan asiento
más de un juzgado de igual competencia" o, en su defecto,
nombrará por sorteo a alguno de los conjueces incluidos en
la lista confeccionada por el Poder Ejecutivo, que debe
contar con el acuerdo del Senado.
El Gobierno formará esa
nómina con "abogados de la matrícula federal", dice la ley.
De acuerdo con el artículo
sexto de esta norma, las actuales subrogancias "subsistirán
hasta que se instrumente" el nuevo procedimiento de
reemplazo.
"Estamos dentro de un
círculo vicioso", dijo el senador
radical Ernesto Sanz a La Nacion. "Si se pone en
marcha la nueva ley, a los subrogantes los pone el
oficialismo y, si no, quedan los que están ahora, a quienes
su debilidad por la subrogancia los hace vulnerables ante el
poder". Paz Rodríguez Niell, para LA
NACION
Así se elige un juez
-
Consejo de la Magistratura. Cuando se produce una vacante,
es el organismo el que abre el concurso. Los postulantes
se anotan, rinden un examen, se evalúan sus antecedentes y
se forma una terna de candidatos que se remite al Poder
Ejecutivo.
- El
Poder Ejecutivo. Una vez que el Consejo de la Magistratura
pone en marcha el sistema de elección de jueces, la Casa
Rosada elige a uno de los tres candidatos que le envió el
Consejo y manda la designación al Senado.
-
Senado. El último paso de la designación de un magistrado
pasa por el Senado. Allí debe darse el acuerdo final para
que un candidato, seleccionado por el presidente de la
Nación, se convierta en juez. Después, un decreto
presidencial lo pone en funciones.