12 de Mayo de 2009
Si el primer
amor de los argentinos es el dólar, sin lugar a dudas, el segundo podrían ser
los ladrillos. Inversión por excelencia en momentos de incertidumbre, como el
actual, los inmuebles mostraron una apreciación inigualable después de la
devaluación de 2001.
Sin embargo, ni el parate de los últimos
meses parece haber surtido efecto en los precios de las propiedades de los
barrios más cotizados, por lo que, para los analistas, todavía no sería
momento de comprar, menos si lo que se busca es hacer una diferencia en el
mediano plazo.
Por lo
contrario,
Mariano Sardáns, presidente de FDI,
considera que, en la Argentina, hoy es momento para vender. "Esperamos un
ajuste para abajo, en promedio, del orden del 40%", alerta el especialista.
Claro que, tal como se comprobó en la crisis de 2001, siempre hay salvedades
según el barrio, las modas y el tipo de inmueble, entre muchos otros factores.
Mirando
al Norte
Otro mercado inmobiliario conocido para el argentino medio es
el norteamericano, que empieza a parecer apetecible tras la debacle financiero
del último año pero que, de acuerdo con Sardáns, también podría requerir algún
tiempo más de maduración.
"Dado que se están acelerando las ejecuciones hipotecarias, una
propiedad que hoy puede parecer barata, en seis meses o un año puede llegar a
ser un muy mal negocio", opina Sardáns.
"Otra cosa que hay que tener en cuenta cuando se quiere comprar
inmuebles en los Estados Unidos son las masivas migraciones internas con los
consiguientes cambios demográficos, por los cuales una ciudad que otrora fue
pujante porque albergaba una industria clave, al caer o desaparecer esta
última modifica la población y, por ende, la demanda. Esto ya está
sucediendo", dice el titular de FDI.
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