Los Obispos en Pilar

15 de Noviembre de 2005            
                        
Síntesis del documento emitido
 
Al margen de las repercusiones que había suscitado su fuerte declaración en la que animaba a los cristianos a la desobediencia civil, el arzobispo Carmelo Giaquinta llegó el lunes último a Pilar, sede de la 90a asamblea plenaria del Episcopado, con un texto avanzado que derivaría en un documento que seguramente también producirá reacciones.
 
Pero mientras la expresión de la semana anterior había sido una voz casi aislada, en respuesta a la polémica suscitada por la política de educación sexual impulsada por el Gobierno, el documento difundido ayer fue trabajado detalladamente durante todo el año y revisado por el conjunto de los obispos.
 
Giaquinta, que en junio último cumplió 75 años y dejó el cargo de arzobispo de Resistencia, sede que hoy conduce provisionalmente como administrador apostólico hasta la designación de su sucesor, encabezó como presidente de la Comisión de Pastoral Social el equipo de obispos que tuvo a su cargo la redacción del documento "Una luz para reconstruir la Nación".
 
"El texto llegó trabajado por anticipado por los miembros de Pastoral Social. Pero en la asamblea se revisaron detalles para hacerlo más accesible, ya que la redacción original era demasiado conceptual y los obispos entendieron que era conveniente bajarlo para que pudiera ser comprendido por todos", reveló ayer a LA NACION una fuente de la Conferencia Episcopal Argentina.
 
El trabajo surgió de las manos y del pensamiento de los obispos que en los últimos seis años acompañaron a Giaquinta en Pastoral Social. Son ellos los obispos Néstor H. Navarro (del Alto Valle del río Negro), Jorge Rubén Lugones (Orán), Fernando Bargalló (Merlo-Moreno y nuevo titular de Caritas), Ramón Staffolani (Río Cuarto), Luis Eichhron (Morón). José María Arancedo (Santa Fe) y Jorge Casaretto (obispo de San Isidro y elegido para reemplazar a Giaquinta en Pastoral Social).
 
El trabajo interno
 
Es habitual que los obispos, al analizar distintos documentos, recojan opiniones por fuera del ámbito episcopal. En esta ocasión, sin embargo, el texto "se cocinó adentro", indicó un vocero eclesiástico.
 
Los obispos dedicaron las dos primeras jornadas -y parte de la tercera- a la elección de la nueva conducción episcopal: la comisión ejecutiva, que ahora encabeza el cardenal Jorge Bergoglio, y las 21 comisiones episcopales.
 
El texto fue aprobado en general por los obispos, que entre el miércoles y el jueves hicieron llegar a la "comisión redactora" distintos aportes, orientados principalmente a encontrar "modos más directos de decir las cosas". La redacción definitiva, con las revisiones y sugerencias llegadas por escrito, estuvieron a cargo de Giaquinta, que presentó la declaración a la prensa.
 
El tono original juzgado excesivamente conceptual por los obispos dio paso, así, a expresiones bien concretas, como por ejemplo la referencia a "la irresponsabilidad de quienes contrajeron la deuda o alentaron a contraerla a espaldas del pueblo".
 
Si bien Bergoglio no intervino personalmente en la redacción del documento, se percibe claramente su influencia. A lo largo del texto se encuentran reflexiones contenidas en algunos mensajes pastorales del cardenal y nuevo presidente del Episcopado, como la preocupación primordial por los excluidos y la responsabilidad de los sectores políticos y sociales en las crisis que azotaron el país en los últimos años.
 
"En este documento la Iglesia aporta su reflexión y se hace preguntas para ayudar a todos a reflexionar. Porque hay muchos modos equivocados de reflexionar", advirtió una fuente episcopal con la mirada puesta en las lecturas que se hacen del pasado reciente en el país.
 
Principales conceptos
 
Violencia social
 
"En una sociedad donde crece la marginación, no serían de extrañar manifestaciones violentas por parte de sectores excluidos del mundo del trabajo, que podrían degenerar en peligrosos enfrentamientos sociales"
 
Pobreza
 
"Existen muchas situaciones y formas de pobreza [...]. Si no se las superase, podría multiplicarse aún más el número de los que ya están sumidos en la pobreza, provocando un daño irreparable para ellos y un gran detrimento para todos"
 
Dádiva
 
"Está vigente la subcultura de la dádiva. Esta pervierte el principio de subsidiariedad, degrada al pobre y lo convierte en un sujeto incapaz de participar de la vida democrática"
 
Los años setenta
 
"Conviene que los mayores nos preguntemos si transmitimos a los jóvenes toda la verdad sobre lo acaecido en la década del 70 o si estamos ofreciéndoles una visión sesgada de los hechos, que podría fomentar nuevos enconos"
 
Riqueza
 
"Hay una insolidaridad preocupante: el crecimiento escandaloso de la desigualdad en la distribución de los ingresos. Una sociedad en la que faltase la equidad social correría serio peligro de dejar de ser solidaria"
 
Justicia
 
"En la Argentina es fuerte el reclamo por la reforma de la justicia. Y la Mesa del Diálogo Argentino ha propuesto la necesidad de una profunda y valiente reforma de ella"
 
Corrupción
 
"Es de lamentar que para algunos lo público adquiera un sentido totalmente contrario. No sería ya lo de todos, para el servicio de todos [...], sino lo de nadie, puesto allí para apropiarnos de él, dañarlo o distribuirlo discrecionalmente entre amigos y clientes"
 
Deuda
 
"Habremos de recordar que la deuda tiene dos caras: la injusticia de la economía internacional reinante en este campo y la irresponsabilidad de quienes contrajeron la deuda o alentaron a contraerla a espaldas del pueblo"
 
Iglesia
 
"Hay cinco columnas que sostienen todo el edificio de la Doctrina Social de la Iglesia: el bien común, el destino universal de los bienes, la subsidiariedad, la participación y la solidaridad"
 
Bien común
 
"El principio del destino universal de los bienes fue relegado con frecuencia al olvido. Todos los miembros de la comunidad, y no sólo algunos, tienen el derecho a poseer lo necesario. La propiedad nunca es absoluta, sino que está suboerdinada al bien común"
 
Desocupación
 
"La ausencia de un trabajo digno y estable degrada a amplios sectores del pueblo honrado y trabajador y desintegra a la familia. Es ésta una de las peores desgracias sufridas por la Argentina, de cuya magnitud no se tiene idea cabal"
 
Reclamos sociales
 
"Preocupa la reiteración de reclamos no atendidos y de huelgas desproporcionadas, que no repara en las injustas consecuencias sufridas por los más débiles: niños, ancianos, enfermos y trabajadores"
 
Fundamentalismo
 
"La tentación del fundamentalismo siempre acecha, y no sólo al hombre religioso. La historia civil de los pueblos, incluso europeos, está plagada de ejemplos de intransigencia a muerte entre sectores opuestos"              
 
Fuente:  La Nación