30 de Julio de 2007
El 18/07, se cumplen 10 años del asesinato mi padre y de mi
hermano.
Miguel Ángel Gómez y Walter Cristian Gómez murieron como
muchos comerciantes:
ganándose la vida.
Hoy, por vivir en un país inseguro, mi familia atiende su
negocio tras barrotes, como si fuésemos los únicos que pagan
este crimen.
Todos los días desde aquel entonces nos preguntamos ¿por qué?,
pero nadie
responde.
Yo creo saber por qué: porque la justicia es un
privilegio para
unos pocos.
A nosotros nadie nos ve, nadie nos oye, y lo peor:
no les
importamos a nadie.
¿Por qué?.
Porque somos los pequeños
argentinos, los que
mueren en silencio.
Los invisibles.
Todos los días a través de los medios jugamos Clue con esos
casos tan
fascinantes que son dignos de películas.
Toda una provincia
reclama el
esclarecimiento de un crimen,
todo un país busca a una
persona, pedimos
justicia por las vidas arrancadas.
Pero ¿Acaso las vidas de mi
papá y de mi
hermano no valen lo mismo?.
Lo siento mucho si los aburro con una "pequeñez" como esta, lo
cierto es que
de chica comprendí a la fuerza que la justicia no es
equitativa.
Pedimos a
gritos justicia, pero somos mudos, somos invisibles, somos
impalpables.
¿Cuándo será el día que alguien haga algo por los pequeños
crímenes
impunes?.
Carta de Lectores del Diario Clarín.
Melisa Natalia Gómez
DNI:32882115
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