15 de Agosto de 2009
El
hambre y las ganas de comer
Mientras los partidos opositores discuten candidaturas hacia
adentro y pulsean verbalmente con la Casa Rosada por
cuestiones institucionales, los medios, la Iglesia, las ONG
y hasta sectores del sindicalismo recuperan un debate que
pudo haber sido el leitmotiv de la campaña electoral. Pero
no lo fue.
EL
DIÁLOGO, SÓLO UN JUEGO
Los
gobernadores no aciertan la apuesta
Dieciséis mandatarios ya le acercaron a Cristina sus
reclamos de asistencia financiera. Se llevaron muchas
promesas y ninguna respuesta.
El
impacto de la derrota K en las elecciones legislativas del
28 de junio fue lo suficientemente fuerte como para que el
Gobierno decidiera abrirles a los mandatarios provinciales
las puertas de la Casa Rosada, pero no tanto como para que
modificara su forma de administrar los fondos nacionales. De
los dieciséis gobernadores que ya tuvieron su turno en la
ronda de diálogo la mayoría se fue con las manos vacías.
El
primer encuentro, el que Cristina Kirchner había mantenido
con el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri, marcó la
pauta de cómo sería el diálogo. El ex presidente de Boca
planteó la necesidad de que le traspasaran fondos para la
flamante policía porteña, para infraestructura social, para
avanzar con las obras paralizadas del Subte, y para el
traspaso del puerto por un valor de 3 mil millones de pesos.
Se llevó promesas.
OPOSITORES. El resto de los gobernadores opositores que
desfiló por Balcarce 50 no tuvo más suerte que Macri.
Alberto Rodríguez Saá llegó a su primera cita con un
pretencioso reclamo. El puntano sostiene que por deudas
acumuladas desde 2002 la Nación le debe a San Luis unos 4
mil millones de pesos. La reunión sólo le sirvió para
conocer en persona a Cristina.
El
chubutense Mario Das Neves también se fue enojado. La
reunión “no sirvió para nada” les dijo a sus colaboradores.
Lo que sucedió fue que no obtuvo respuestas concretas a sus
ideas en materia de petróleo, gas y pesca. Lo curioso es que
el chubutense, que ahora se queja, hace diez días celebraba
un acuerdo con el gobierno nacional, para elevar el valor
del gas en boca de pozo, algo que favorece a ocho provincias
gasíferas.
De los
gobernadores no K, el que más alegre salió fue el
santafesino Hermes Binner. El socialista planteó la
necesidad de que la Nación impulse la agroindustria, que
cumpla con el compromiso de saldar el déficit de la Caja de
Jubilaciones y pidió que se autorice a Santa Fe a recibir un
crédito del Banco Interamericano de Desarrollo. Sin
entusiasmarse demasiado, los socialistas aseguran que algo
cambió después del 28-J. Desde que el disidente Carlos
Reutemann ganó en esa provincia, la nación puso más atención
en la gestión de Binner.
Los
radicales, ex K, Eduardo Brizuela del Moral (Catamarca) y
Arturo Colombi (Corrientes) tuvieron reuniones no muy
auspiciosas con la Presidenta. El catamarqueño dijo que
reclamó “129 millones de pesos por el plan de construcción
de viviendas y 30 millones del plan de acción social”,
además de discutir la refinanciación de la deuda provincial
y pedir cupos fiscales para la promoción industrial en su
provincia. Le prometieron evaluarlo.
El
correntino también discutió sobre la forma de refinanciar la
deuda provincial y reclamó compensaciones adeudadas a la
caja jubilatoria e inversiones para obra pública. Se llevó
lo mismo que Brizuela del Moral, más una invitación a viajar
a Venezuela con la delegación de negocios que partirá este
martes.
Por su
parte, al radical santiagueño Gerardo Zamora quedaron en
responderle si será bendecido con una mayor Cuota Hilton de
la que posee su provincia actualmente.
KIRCHNERISTAS. El pelotón de los gobernadores K tuvo su caso
modelo en el encuentro del bonaerense Daniel Scioli con la
Presidenta. Con un déficit estimado de más de cinco mil
millones de pesos, el gobernador de Buenos Aires pidió ayuda
financiera en materia previsional y para el fondo docente.
Le contestaron con la promesa de que la Nación no va a
abandonar a la provincia. Y para recordarle todo lo bueno
que es el Gobierno con ese distrito y, contener posteriores
quejas, el jefe de Gabinete Aníbal Fernández dio una
conferencia en la que señaló que “todas las provincias le
deben al Estado nacional”
El
gobernador chaqueño Jorge Capitanich solicitó financiamiento
para poder cumplir con la ejecución de las obras públicas y
privadas proyectadas por la provincia. Se llevó “ilusiones”
según su entorno.
Lo mismo
le pasó al salteño Juan Manuel Urtubey, que planteó como
principal necesidad la de crear un fondo de convergencia
–por fuera del debate de la reforma a la ley de
coparticipación que plantearon casi todas las provincias–
para asistir a las regiones más carenciadas del país.
Los
gobernadores de Río Negro, Miguel Saiz, y Misiones, Maurice
Closs, llegaron a la Rosada necesitados de efectivo para
poder hacer frente a la caída en los fondos coparticipados.
Sáiz, que no pidió sin antes reconfirmarse como radical K,
recibió como respuesta que el Gobierno no le va a soltar la
mano.
Closs,
que también adhirió a la idea que llevó Urtubey del fondo de
convergencia, aguarda respuestas concretas.
El
gobernador de San Juan, José Luis Gioja, pudo exponer ante
Cristina los proyectos más auspiciosos de la provincia, como
el de abrir un corredor bioceánico para que la provincia
logre tener su salida al Pacífico. Y recibió gestos
positivos: la Cancillería, que ya está al tanto del
proyecto, firmó el jueves pasado un acuerdo protocolar con
Chile.
LOS QUE
SE LLEVARON. Fueron dos los que se llevaron respuestas
concretas. El jujeño Walter Barrionuevo solicitó que se
creara un feed lot en su provincia, que cuenta con 40 mil
cabezas de ganado. Cristina aceptó y dijo que será para la
mitad del ganado provincial.
El otro
fue el entrerriano Sergio Urribarri. Presentó un proyecto de
promoción de la inversión en su provincia para crear un
“complejo agroalimentario industrial de estándar regional y
mundial”. Le prometieron estudiarlo y, para comenzar a
abrirle puertas, lo invitaron a viajar a Venezuela junto con
la delegación empresarial que saldrá el martes.
Después
planteó la necesidad de cambiar el criterio de asignación de
la Cuota Hilton –“Entre Ríos tiene el 9 por ciento del
ganado del país y una cuota del 3,2”, dijo– y le confirmaron
que eso sucederá en breve.
EL QUE
NO PIDIÓ. La reunión más corta fue la que la Presidenta tuvo
con el tucumano José Alperovich. El mandatario provincial
había señalado que su provincia está recibiendo partidas que
le permiten avanzar en obras y por eso llamó a no “generar
expectativas”. Le alcanzó con media hora para charlar con la
Presidenta. Se fue sin comentar de qué habían hablado.
La ronda
continuará el miércoles
La ronda
de diálogo con los mandatarios provinciales continuará la
semana que viene cuando la presidenta Cristina Fernández de
Kirchner regrese de su viaje a Ecuador y Venezuela, adonde
irá al frente de una misión de negocios.
El
próximo invitado a la Casa Rosada será el gobernador de
Mendoza, Celso Jaque, quien tiene cita para el miércoles a
las 19. El mendocino es uno de los más firmes aliados del
matrimonio presidencial en su pelea contra Julio Cleto
Cobos. Es decir que su paso por la Rosada se anuncia como
placentero para la jefa de Estado.
También
el miércoles aterrizará en Buenos Aires para ver a la
Presidenta el cordobés anti-K Juan Schiaretti.
La
semana de diálogo concluirá el jueves con otros dos
encuentros. A las 18 está prevista la reunión con el riojano
Luis Beder Herrera y a las 19, con el formoseño Gildo
Insfrán. Fernando Laborda, politólogo,
diario La Nación