Relevaron a
un jefe policial acusado de corrupción. Es el comisario
inspector David Benavente, responsable de todas las
seccionales de Rosario. El subjefe de la UR II, en la
cuerda floja.
Oficial Juan José Raffo, el
que prendió el ventilador y la mecha.
El
responsable de las 34 seccionales y 21 subcomisarías de la
Unidad Regional II de Policía fue separado de su cargo
debido a la denuncia sobre corrupción policial que realizó
un oficial y que Crítica Santa Fe hace una semana.
Así lo confirmó este
martes el número uno de la Policía
provincial, comisario general Juan Hek, quien
señaló que el jefe en cuestión, inspector David Benavente,
titular de Orden Público de esa unidad, fue “licenciado
para salvaguardar su integridad, hasta que esta situación
se esclarezca y se calme, y para garantizar que el resto
del personal pueda trabajar con tranquilidad mientras la
investigación prosigue”.
Benavente será reemplazado por el inspector Miguel Bordieu.
El subjefe de la UR II, comisario mayor Miguel Ángel
Rodríguez, seguiría en las próximas horas el mismo
destino, según trascendidos que Hek no desmintió.
Benavente y Rodríguez
quedaron en el ojo de la tormenta desde que el oficial
auxiliar Juan José Raffo sacó a relucir manejos turbios de
la cúpula de la policía rosarina, luego de que fuera
puesto en disponibilidad (cesado en sus funciones) por una
causa penal por robo y una investigación de
enriquecimiento ilícito que la Dirección de Asuntos
Internos inició de oficio.
En su descargo
–primero por la vía administrativa interna de la Policía,
y luego en Tribunales–, Raffo aseguró que Benavente lo
citó a principios de febrero en su despacho, que le brindó
una lista de lugares donde se realizan apuestas
clandestinas, desarmaderos de vehículos y otras
actividades reñidas con la ley. Y que le encomendó que
visitara esos lugares para recaudar determinadas sumas de
dinero en cada uno, a modo de sobornos para la “caja
policial”. Al decir de Raffo, Benavente le dijo: “Esto te
traerá mejoras para tu carrera”.
Según Raffo, el entonces
jefe de Orden Público le encargó a su secretario: “Contá
lo que me trajo (Nelson) Inneco
y poné los 5.000 pesos en cada sobre, y dame lo que sobra
que se los tengo que llevar al Oso”, en alusión al apodo
del subjefe de la UR II, Miguel Ángel Rodríguez.
Raffo añadió en su
acusación que al negarse a cumplir con la tarea de
recaudar coimas, Benavente le espetó: “Pendejo pelotudo,
tomátelas de acá y dejame esa lista antes de que te eche
de la Regional. Ya te vamos a dar un vuelto”.
El oficial sancionado
también dejó mal parado al subjefe Rodríguez: le habría
dicho “dejate de hacerte el súper policía, porque con lo
del hijo del Pimpi ya me hiciste perder 50.000 pesos”. Eso
refiere a la intervención de Raffo en la investigación de
un homicidio en el que acabó involucrado
Jonathan Camino, hijo del ex jefe de
la barrabrava de Newell’s. Ambos llevan más de 40
días prófugos desde entonces.
La Dirección de Asuntos
Internos informó de la denuncia de Raffo al
juez de Instrucción Osvaldo Barbero,
quien tomó el caso.
Tras el revuelo que
causó la publicación de la situación, el Ministerio de
Seguridad apuró una medida: crear la Secretaría de Control
de las Fuerzas de Seguridad, un órgano fiscalizador de
pertenencia política, no policial. Una instancia de
investigación paralela a la Dirección de Asuntos Internos,
que está integrada por policías.
Las licencias impuestas
a Benavente y –aunque todavía no fue confirmado– a
Rodríguez constituyen la tercera consecuencia formal del
escándalo.
Critica de Santa Fe
publicó este domingo una entrevista al
ministro de Seguridad, Daniel
Cuenca, en la que el funcionario adelantó que el
gobierno no esperará que concluya la investigación penal
para disponer el futuro de los jefes de la departamental
policial de Rosario.
Consultado al respecto,
el comisario general Hek manifestó que
el jefe de la UR II, Osvaldo Toledo
–quien admitió poseer tres taxis, tal como Raffo había
revelado– por ahora continúa en su puesto.
Crítica de la Argentina.